Fue en la lluviosa tarde del martes 8 de abril, en la Santa Iglesia Catedral, cuando La Laguna escuchó el Pregón que nos anuncia la Pasión, la Esperanza y la Fe.
Gracias, Roberto, por tu magnífico Pregón de la Semana Santa lagunera, que nos ha hecho revivir esos recuerdos anclados en la infancia.
“…..Las calles de La Laguna trazan el camino de las procesiones que las recorren —casi siempre frías—, mezclando la belleza de los pasos con la armonía de sus calles renacentistas. Como afluentes de un río, por ellas navegan fieles y cofrades de todas las parroquias, con sus imágenes a cuestas.
La Laguna es la más solemne de las ciudades canarias: por su historia, por su tradición, por su cultura y por ese amor propio que se refleja en acontecimientos como esta Semana Santa. Una celebración que es, a la vez, un acto de profunda fe y una reafirmación de nuestra identidad como laguneros.
El rocío que acompaña los pasos de la procesión de madrugada, el eco sordo de los pies en la Procesión del Silencio, la melancolía de las calles después de la lluvia, la prestancia de las casas laguneras en sinfonía con la solemnidad de las cofradías y hermandades que se unen en la Procesión Magna…”