Días laborables: Mier-Vier 18,00
Sábados y vísperas: 18,00
Domingos y festivos: 10,00
En 1532 se decide edificar una ermita bajo la advocación de San Benito Abad, con motivo de la pérdida de los sembrados. El gremio de labradores estará a su cuidado, y su construcción lenta y a base de limosnas termina en 1554, cuando se acabó de hacer en su interior el segundo altar, dedicado a San Bernabé. Durante el siglo XIX su mantenimiento decayó, y en 1826 fue utilizada como habitación para los enfermos de la epidemia de fiebre amarilla y también, por algún tiempo, como cuadra de caballos por una guarnición militar. Ha sido objeto de diversas reformas, la última de las cuales data de 1992.
La Iglesia se encuentra ubicada en la calle Marqués de Celada. Las obras de construcción se remontan a medidos del siglo XVI caracterizándose por sus amplias dimensiones y su planta de tendencia rectangular. En la sencilla fachada destaca la portada principal, enmarcada por un arco de medio punto de cantería roja, cuya rosca se encuentra ornada por tres finas molduras que descansan en un arquitrabe liso, del que parte el capitel y las columnas baquetonadas interrumpidas en la única grada que sirve de acceso a la puerta. Los capiteles de tendencia cónica están integrados por tres secciones, decorada la segunda con motivos geométricos. Sobre el arco, la ventada adintelada del coro presenta una moldura de piedra moderna. La fachada se completa con una sencilla espadaña de piedra, de forma rectangular con arcos de medio punto y remate mediante bolas pétreas. La base de la fachada se encuentra ocupada por sendos bancos de mampostería que enmarcan la portada. La techumbre a dos aguas con cubierta de teja árabe protege la nave, mientras que la capilla mayor se cubre con un tejado a cuatro aguas.
En una de las fachadas laterales aparece un pequeño vano, enmarcado por una moldura adintelada de cantería roja y vidrieras modernas. Junto a él, un arco de medio punto ligeramente rehundido da cabida a una cruz de madera. Se trata de una antigua puerta de acceso, hoy tapiada y cuyo arco de cantería aún pervive en el interior del templo. La cabecera de la iglesia es plana y a ella se une la sacristía, de fábrica reciente, mala calidad constructiva y que desvirtúa la morfología original del edificio.
El amplio interior posee unas dimensiones de 26 m. de largo, a los que se suman 9 m. del presbiterio; contando con una anchura de 8,50 m. A los pies de la nave existe un coro o tribuna alta, que ocupa todo su ancho y a la que se asciende por una escalera de caracol. Se apea sobre ménsulas de madera y en una columna de piedra con zapata lígnea. En un lateral de la tribuna aparece una pequeña escalera que conduce al campanario.
La armadura de par y nudillo que cubre la nave cuenta con un refuerzo de cinco tirantes dobles, decorados con aspas, crucetas, rombos y estrellas, descansando en ménsulas pareadas. El arco toral que la separa del presbiterio está construido con el mismo tipo de bloque de cantería roja y se apoya en medias columnas rematadas por finos baquetones de reminiscencias góticas. El artesonado del presbiterio se caracteriza por su estructura octogonal, con ocho faldones de par y nudillo. Su almizate se encuentra ricamente decorado con motivos geométricos entrelazados. El retablo principal ocupa la pared del fondo, con sendas puertas que conducen al almacén y la sacristía, respectivamente.
Junto a los muros laterales de la nave se hallan unos apoyos que sirven de asiento a los feligreses, elemento éste típico de las ermitas de romería.
La Iglesia de San Benito Abad y los bienes muebles vinculados a la misma son declarados Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, el 5 de junio de 2007.