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La Catedral de La Laguna no puede entenderse sin la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Remedios, elevada a rango catedralicio en 1819. De aquel templo, demolido a comienzos del siglo XX, hereda buena parte de su patrimonio cultural, pero nada de la antigua iglesia.
Los Remedios comienza a erigirse en la segunda década del XVI, por disposición del Adelantado y el Cabildo de la Isla, en un solar céntrico, conforme a las disposiciones urbanísticas del momento. Su fábrica fue azarosa, marcada por largos procesos constructivos y ruinas esporádicas.
A principios del siglo XIX Cristóbal Bencomo, confesor del rey Fernando VII, promueve la reconstrucción de un nuevo templo. Utiliza los planos de la Catedral de Pamplona como referente, y Juan Nepomuceno Verdugo y Pedro Díaz proyectan un nuevo edificio, que comienza a levantarse en 1813. Resultado de ello, es la fachada que actualmente vemos, y que data de 1820. Por entonces se producía la segregación de las cuatro islas occidentales del Obispado de Canarias, y La Laguna recibía la Bula de Pío VII, para la fundación de la Diócesis Nivariense el 1 de febrero de 1818. Es el momento en que la parroquia de los Remedios se eleva al rango de Catedral.
Entre 1820 y 1897 la Iglesia Catedral sufrirá ensanches, reformas y consolidaciones, hasta que el agrietamiento de sus pilares provoca la declaración de ruina y debe cerrarse al culto. Se opta por edificar un nuevo templo, que se construye entre 1904 y 1915, con planos del ingeniero José Rodrigo de Vallabriga, y dónde sólo se rescata del anterior su fachada. El aspecto interior, con las altas bóvedas de crucería, es lo más vistoso; al igual que el deambulatorio.
La Iglesia Catedral de San Cristóbal de La Laguna fue declarada Monumento Histórico Artístico de carácter nacional, el 5 de octubre de 1983. El 24 de mayo de 2007 se producía la desafección de la bóveda, la cúpula y la cabeza de los pilares, condición imprescindible para proceder al actual proceso de restauración del edificio